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Matemáticas de pizarra

lunes, 9 de agosto de 2021

Neptuno, dios del mar

     La historia del descubrimiento de Neptuno es sencillamente espectacular para aquellos a los que nos gusta la Ciencia. Urano se descubrió por casualidad en marzo de 1781. Sir William Herschel enfocaba su telescopio, construido por él mismo y el mejor de su época, creo recordar que se llamaba "el leviatán", y detectó un objeto que se movía de posición noche tras noche, de manera que al poner más aumentos su tamaño aparente aumentaba proporcionalmente, a diferencia de las estrellas. Herschel pensó que era un cometa, que luego resultó ser un planeta y... bueno, hay más información en la siguiente entrada dedicada a Urano

    El hecho es que se había descubierto un planeta nuevo en 1781. Pego un salto de casi 40 años y me voy a 1821, año en el que se habían perfeccionado (gracias a Copérnico, Brahe, y especialmente Kepler y Newton) las reglas del movimiento planetario, y con dichas reglas era evidente que algo no iba bien con Urano.

    Efectivamente, Alexis Bouvard, en 1821, publicó en sus tablas astronómicas la órbita de Urano. Sin embargo, dicha órbita presentaba desviaciones sustanciales, se aceleraba a veces y se retrasaba otras veces, anomalías que indujeron a Bouvard a afirmar que la órbita de Urano se encontraba perturbada por otro cuerpo. Si ya había aparecido un planeta nuevo ¿por qué no podría haber más?

    En 1843, el matemático y astrónomo inglés John Couch Adams, a partir de las anomalías en la órbita de Urano, dedujo la existencia de un octavo planeta, así como su situación aproximada, mandando sus resultados a George Airy, astrónomo real, que le pidió más información. Adams la preparó, pero no llegó a enviársela a Airy, por lo que el tema se quedó así.

    Mientras, Urbain Le Verrier, matemático francés, independientemente de Adams publicó sus propios cálculos, que iban en la misma dirección, John Herschel, hijo de William Herschel (descubridor de Urano), siguió con dicho enfoque matemático, y le pidió a James Challis que lo buscara, que lo hizo pero sin mucho afán.

    El hecho es que Johan Gottfried Galle, director del observatorio de Berlín, se puso a buscarlo. Contaba para ello con un mapa celeste muy reciente de la zona. Mientras Galle miraba las estrellas de la zona y le iba dando sus posiciones de ascensión recta y declinación, su ayudante D'Arrest iba confirmando si estaban o no en la carta celeste. Ese 23 de septiembre de 1846, llevaban trabajando como una hora en el problema cuando a menos de un grado de la posición señalada por Le Verrier y Adams, al llegar a un punto de octava magnitud y cantar su posición Galle, su ayudante, emocionado, le respondió ¡No está! ¡No está en la carta!

    Las matemáticas habían triunfado. Mientras Urano se encontró por casualidad, Neptuno se buscó y se encontró usando la Ciencia. Después se comprobó que se había registrado en cartas anteriores, que había sido visto más veces antes... pero el descubrimiento del octavo planeta se produjo el 23 de septiembre de 1846, y se reconoce a tanto a Le Verrier como a Adams como sus descubridores.

    En cuanto al nombre, si Urano representaba al Caelus romano, dios de los cielos e hijo de Saturno, este nuevo planeta tendría el nombre de otro hijo de Saturno, pero volviendo a la nomenclatura latina (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno y Caelus son romanos, sus equivalentes griegos son Hermes, Afrodita, Ares, Zeus, Chrono y Urano), en este caso Neptuno (en griego Poseidón), otro hermano de Júpiter y Plutón. Se corresponde con el dios del mar; gobierna todos los mares y cabalga las olas sobre caballos blancos, le gusta estar acompañado de delfines y vive en un castillo dorado. Todas las criaturas marinas le obedecen, y con su tridente puede desde hacer brotar manantiales de agua dulce en el mar como desencadenar las más horribles tempestades marinas.

    Posee dos satélites principales, Tritón y Nereida.  

    A continuación muestro a Neptuno, en un gif animado a partir de 6 fotos que tomé a principios de febrero de 2021 en 6 días consecutivos con buen tiempo. En su movimiento se ven un par de satélites, pero para verlos con más claridad, arriba a la derecha pongo una imagen ampliada .

    Con ustedes... Neptuno, dios del mar.